Apocalipsis: Cristo como el fin de la historia


El Apocalipsis nos invita a la esperanza, a la confianza y a la fascinación ante el amor de Dios. Sin embargo, las malas interpretaciones desvían la atención de los creyentes de las figuras centrales del Apocalipsis hacia aquellas que seducen a la imaginación. No se conforman con aquel mensaje de amor y prefieren lanzarse a grandes especulaciones que les permitan descubrir en aquel libro personajes actuales, historias del futuro en clave, fantasiosas descripciones de sucesos a suceder en un futuro, unas veces indefinible, otras veces exactamente especificado.

El texto del Apocalipsis no se propone tales historias futuristas ni dejarnos una especie de guía turística de la “segunda venida” de Cristo. El pretender este tipo de historias imposibles acerca del futuro sólo logra desviarnos del sentido original del libro para complacer cierto morbo humano por la destrucción, la muerte y la violencia.

En contraposición a estas visiones construidas sobre los textos del Apocalipsis, su autor se propone revelarnos algo más sencillo y a su vez más glorioso. Juan tiene en mente darnos a conocer a Cristo y su obra por nosotros. De hecho en la medida en que vamos avanzando por el último libro de la Biblia vamos descubriendo paulatinamente cómo Juan nos muestra desde diversas perspectivas el mismo mensaje: Jesucristo es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

Basta leer la primera linea del Apocalipsis para darnos cuenta de la importancia que tiene este mensaje en la mente de su autor:

Apocalipsis, es decir, revelación de Jesucristo…

La primera palabra del libro habla justamente acerca de la revelación, del desvelamiento… Lastimosamente muchos estudios de este libro lo que han hecho es ocultar a Cristo tras una serie de velos llamados anticristos, Armagedón, raptos, etc.

Si avanzamos y vemos lo que dice el texto desde el verso 12 hasta el 20, volvemos a descubrir una visión gloriosa de Jesucristo. Si seguimos avanzando y analizamos los capítulos 2 y 3, nos hallamos con siete mensajes dirigidos a la iglesia de parte de su Señor: Cristo. Luego los capítulos 4 y 5 van centrando su atención sobre aquel que se halla sentado en el trono (Dios) y sobre el Cordero como inmolado que se acerca a recibir el rollo de la mano de Dios, es decir Jesucristo.

Vez tras vez podemos ver que el centro del Apocalipsis sigue siendo el Resucitado. No obstante, vez tras vez vemos estudios bíblicos que centran su atención en el Anticristo, en el número de la bestia o en algún otra imagen del libro desviando completamente su atención del verdadero eje de todo el libro: Cristo es el Señor y nos ha redimido por medio de su obra.

Un verdadero acercamiento al libro del Apocalipsis debe pasar por Jesucristo si verdaderamente desea ser honesto con la integridad del libro. Debemos recordar que para la Iglesia primitiva, Jesucristo es el centro y fin de la revelación de Dios (Hebreos 1:1). Esto mismo se evidencia en el libro de Apocalipsis. Hasta cierto punto, el resto es accesorio, decorativo o quizás mejor, ilustrativo. A Cristo desea llevarnos su autor y todas las imágenes se proponen precisamente esto.

Cuidémonos siempre de toda interpretación del Apocalipsis que pone más énfasis en la bestia, en el número 666, en el anticristo o en algún otro personaje que no sea Jesucristo.

El último libro de la Biblia trata de mirar toda la historia desde el acontecimiento de Jesús de Nazareth y desde ese acontecimiento la interpreta. El Apocalipsis ve el fin, el propósito, el sentido último de la historia en la persona y obra del nazareno: Hacia él se dirige toda la historia del hombre…

Estudio introductorio del Apocalipsis

Este día sábado 21 de mayo continuaremos con nuestro estudio del libro del Apocalipsis en la iglesia Refugio Cristiano en horario de 09h00 a 13h00. A todos los interesados los esperamos.

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Un comentario sobre “Apocalipsis: Cristo como el fin de la historia

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  1. Juan Stam recomienda leer Apocalipsis en base a estos criterios:

    -Interpretar el Apocalipsis exegéticamente: Ser fiel al texto, y a lo que está escrito. No quitar, ni añadir.

    -Interpretar el Apocalipsis históricamente: Conocer el contexto histórico de lo que ocurría en la época de Juan.

    -Interpretar el Apocalipsis Cristocéntricamente: El tema central de todo el Apocalipsis es Cristo, el Señor. No las bestias ni el anticristo.

    -Interpretar el Apocalipsis imaginativamente: Utilizar los ojos de la imaginación y todos los sentidos físicos para entender la riqueza de su simbología.

    -Interpretar el Apocalipsis pastoralmente: El mensaje debe ser para orientar y fortalecer a la congregación, especialmente para infundir gozo, y esperanza en medio de crisis.

    -Interpretar el Apocalipsis prácticamente: Para orientar la conducta ética de la vida de la iglesia. El mensaje tiene mucho que decir también a la comunidad a través de la voz profética de la iglesia sobre la justicia social y económica.
    http://juanstam.com/dnn/Blogs/tabid/110/EntryID/147/Default.aspx

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