Es uno de los males que ataca en estas últimas fechas del año. Las estadísticas dicen que el consumo de antidepresivos aumenta en un 3% en estas fechas. Así también las consultas psicológicas y psiquiátricas son mayores al acercarse la navidad.
Depresión, nostalgia y melancolía son los principales problemas tratados durante estas épocas por los especialistas.
Las razones varían desde el distanciamiento de uno o varios seres queridos a la angustia por no poder dar un regalo e incluso la frustración por ver cercano el fin de año sin haber logrado los objetivos propuestos el año anterior. Como decía Charles Dickens: “El recuerdo como la vela, brilla más en navidad.” Si los recuerdos dolorosos nos lastiman por su propio contenido, los recuerdos más hermosos nos hacen añorar los tiempos pasados llenándonos muchas veces de melancolía.
Los medios de comunicación agudizan este problema al bombardear a los televidentes con anuncios acerca de los regalos que podríamos -y deberíamos- regalar a nuestros seres queridos. La mayoría de las propagandas y películas que se presentan durante esta época del año enfatizan el vínculo familiar, el calor del hogar y el reencuentro con seres queridos. Para muchos, este tipo de anuncios son como volver a abrir la herida una y otra vez.
El ideal de navidad, el “verdadero sentido de la navidad” como se acostumbra llamarlo hoy en día, tiene que ver únicamente con el poder pasar con nuestra familia, poder darles un regalo, aunque no sea muy costoso. En una página leía que navidad es: “una palabra de aliento para un amigo, o estar en completa paz con tu familia, o hablar con esa persona que tanto amas” El problema es cuando por diversos motivos no podemos lograr esto. Y allí la tenemos: la depresión navideña.
A medida que nuestro mundo se vuelve más lejano a Dios y más “independiente”, es mayor la pérdida de sentido de una fecha como Navidad. Tal vez podamos afirmar en este caso las palabras de Efesios 2:12, es decir, donde no hay Dios, la esperanza va perdiéndose. La búsqueda por el “verdadero sentido de la navidad” cuando excluimos a Dios de nuestro panorama se asemeja al hombre que buscaba sus llaves debajo de un farol porque allí hay más luz aún cuando no es allí donde las ha perdido.
No importa los sentidos que haya tenido esta fecha antes del nacimiento del cristianismo, lo cierto es que desde que los primeros creyentes decidieron festejar el nacimiento de Cristo un 25 de diciembre, esta fecha quedo firmemente vinculada al regalo de Dios.
Si buscamos el sentido de la navidad en el pesebre de Belén veremos que la Navidad es mucho más que regalos, muchos más que pasar en familia, mucho más que un árbol o un “nacimiento” en la sala. Navidad es el recuerdo imborrable del más grandioso regalo que jamás hubiésemos podido recibir: Dios entregándose a sí mismo por amor a nosotros.
El recuerdo de Navidad debería ser el recuerdo de lo que ya hemos recibido: Emanuel, es decir, Dios está con nosotros.
Es posible que pasemos estas fechas con nuestros familiares como también es posible que no. Es posibles que consigamos el dinero necesario para unos cuantos regalos o tal vez no. Con todo, Navidad es mucho más que eso. Navidad es el recuerdo del regalo inmerecido que Dios le ha dado a la humanidad.
En la vida de Jesús hay un momento en el que se menciona la profunda soledad que debe pasar. Cuando se aproxima la cruz y todos lo abandonan. Dice el texto: Pronto, muy pronto, todos ustedes huirán, cada uno por su lado, y me dejarán solo…
Ese sentimiento de abandono y soledad que en ocasiones puede consumirnos, también se acerco a Jesús. Con todo, él también recuerda la promesa de nuestro Dios de estar con nosotros en el valle de sombra y de muerte y termina la frase diciendo: Pero no estaré solo, porque Dios mi Padre está conmigo.
Navidad es el recuerdo del Dios que camina con nosotros. Avanza cuando avanzamos y se detiene a nuestro lado cuando nos detenemos. En palabras de Taylor Caldwell:
“No estoy sola en absoluto, pensé. Nunca he estado sola. Y ese, por supuesto, es el mensaje de la Navidad. Nunca estamos solos. No lo estamos cuando la noche es más oscura, el viento es más frío y el mundo asemeja más indiferente. Por esto sigue siendo el tiempo en que Dios decide”
Feliz Navidad.
No tengan miedo. Les traigo una buena noticia que los dejará muy contentos:
¡Su Salvador acaba de nacer en Belén! ¡Es el Mesías, el Señor!
En estas fechas navideñas en las que la nostalgia por los seres queridos que ya no están, o la soledad nos aguardan, a veces es bueno tener un apoyo psicologico que nos ayude a ver las cosas desde otro punto de vista.
A mi me ayudo bastante en su día, tras el fallecimiento de mi padre, acudir a Carmen Puerta, de CHC psicologos.
Las navidades en mi casa no han vuelto a ser las mismas, pero al menos he conseguido controlar el sentimiento de tristeza por su ausencia y disfrutar con mis niños de ella.