Tradiciones que distraen


Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle. Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio. Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle. (Mar 3:1-6)

A finales de los años 90’s se hizo un experimento denominado “el gorila invisible”. Este experimento consistía en pedir a un grupo de personas que observaran a unos jugadores de baloncesto que se pasaban dos balones de basquetbol entre ellas y contabilizaran el número de veces que el balón pasaba de uno a otro. En medio de la escena que dura menos de un minuto pasa por en medio de ellos un hombre disfrazado de gorila que mira a la cámara y luego se va. Al finalizar el video se preguntaba a las personas

 “¿Notó algo inusual mientras contaba los pases?”. “¿Notó alguna otra cosa, además de los jugadores?”. “¿Notó a alguien además de los jugadores?”. “¿Notó un gorila?”.

El 58% de los entrevistados no notaba que entre los jugadores había estado presente un gorila. Este experimento ha servido para demostrar que muchas veces nuestra mente nos juega malas pasadas pues nos concentramos tanto en algo que descuidamos cosas que pueden estar en el contexto y que pueden ser igual o más relevantes que aquello que miramos.

En cierto modo esta actitud es la que observo entre los asistentes de la sinagoga de Galilea cuando Jesús pone en medio de ellos al hombre de la mano seca y les hace una pregunta bastante desafiante y digna de una discusión profunda: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla?

Quienes observan están tan concentrados en el tema de si va o no va a incumplir la norma del sábado que descuidan lo más importante, qué del amor al prójimo, del obrar para traer bendición a los demás.

Hoy en día nos puede pasar muy a menudo esto a nosotros. Podemos estar tan enfrascados en nuestras normas o nuestros presupuestos que somos incapaces de apreciar el llamado de Dios para hacer algo diferente, algo nuevo, algo que traiga bendición a los demás.

No se trata de incumplir las normas por incumplirlas, se trata de plantearnos un desafío a mirar más allá de la norma al imperativo fundamental del amor al prójimo que Jesús nos enseñó.

Se cuenta de un pastor que se disfrazó de pordiosero para ver cómo reaccionaba la iglesia frente a su presencia en el templo. Muchos lo rechazaron, algunos buscaron sacarlo de la iglesia, pero algunos buscaron la manera de ayudarlo. A veces, podemos estar tan enfocados en las normas que descuidamos el llamado de Dios a amar al prójimo. No permitas que esto pase en tu vida.

Pablo Morales Arias

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