NUESTRO EQUIPO

Pastoral y liderazgo: Pablo Morales Arias

Estudio teología pastoral en el Seminario Sudamericano. Tiene también estudios en Sociología en la Universidad Central del Ecuador. Fue parte del consejo académico del Seminario Alianza extensión Quito del cual también fue docente. Al momento se encuentra dando clases en el Seminario Sudamericano. Ha realizado varias consultorías y trabajos de campo con Compassion International. Al momento (2015) se encuentra cursando el cuarto año de Economías en la UTPL. Anhela usar estos estudios como un medio para traer bendición a la iglesia que Dios le ha guiado a pastorear.

Así mismo es presentador del programa «Aprendiendo con la Biblia» del canal de Televisión ASOMAVISION que busca traer claridad sobre algunos temas difíciles del texto bíblico.

Su pastoral está enfocada en recobrar los valores fundamentales de la fe arraigada en la Palabra de Dios y con base en ellos proyectarse al futuro de bendiciones prometido por Dios. Lo resume en una frase diciendo: la sabiduría es extender una mano hacia futuro sin soltar la otra del pasado.

 

Pastoral y consejería: Nelly Ávila de Morales

Estudió teología pastoral en el Seminario Sudamericano. Tiene una licenciatura en Psicología por la Universidad Politécnica Salesiana. Al momento se encuentra enfocada en la consejería, la pastoral y la terapia psicológica privada.

Formamos parte de la Fraternidad Alianza Cristiana y Misionera.

Cómo localizarnos

Nos encontramos trabajando en el zona norte de Quito, capital del Ecuador.

Nuestra dirección es Jaime Roldós Oe3-86 y Liborio Madera.

Teléfonos: 02-3441649

NUESTRO PROPÓSITO

Formar creyentes conforme al corazón de Dios.

NUESTROS OBJETIVOS

• Fortalecer nuestra fe de modo que dé como resultado el amor al prójimo.
• Servir a Dios en gratitud por Su amor.
• Transmitir la sana doctrina a las nuevas generaciones por medio de la instrucción.
• Aprender a limpiar nuestra conciencia del pecado.
• Perseverar en la oración.
• Animar a los que se hallan abatidos.

DECLARACIÓN DE FE DE LA ALIANZA CRISTIANA Y MISIONERA

1. Hay un solo Dios, quien es infinitamente perfecto y existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
2. Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Murió en la cruz, el Justo por los injustos, como sacrificio substitutivo, y todos que creen en El son justificados por medio de su sangre. Resucitó de entre los muertos, según las Escrituras. Actualmente está a la diestra de la Majestad en lo alto como nuestro gran Sumo Sacerdote. Vendrá otra vez para establecer su reino de justicia y paz.
3. El Espíritu Santo es una divina persona, enviado para morar en el creyente, para guiarlo, enseñarlo y darle poder, y para convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
4. Los Testamentos, Antiguo y Nuevo, son infalibles tales como fueron originalmente; fueron inspirados verbalmente por Dios y son una revelación completa de la voluntad de Dios para la salvación de los seres humanos. Constituyen la única regla divina de fe y práctica cristiana.
5. El hombre fue creado originalmente a la imagen y semejanza de Dios; cayó por su desobediencia, y así incurrió en la muerte tanto física como espiritual. Todo hombre nace con una naturaleza pecaminosa, está separado de la vida de Dios y puede ser salvo sólo por la obra expiatoria del Señor Jesucristo. El fin de los impenitentes e incrédulos es la existencia eterna en sufrimiento consciente; el del creyente es de gozo y dicha eterna.
6. La salvación se ha provisto por medio de Jesucristo para todos los hombres; y los que se arrepienten y creen en El, nacen de nuevo por medio del Espíritu Santo, reciben el don de vida eterna y llegan a ser hijos de Dios.
7. Es la voluntad de Dios que todo creyente sea lleno del Espíritu Santo y enteramente santificado, separado del pecado y del mundo, y completamente dedicado a la voluntad de Dios, y así recibirá poder para vivir santamente y servir eficazmente. Esta experiencia progresiva, efectuada en la vida del creyente después de su conversión.
8. Hay provisión en la obra redentora del Señor Jesucristo para la sanidad del cuerpo mortal. La oración por los enfermos y el ungimiento con aceite son enseñados en las Escrituras y son privilegios de la Iglesia para el presente siglo.
9. La Iglesia consiste de todos aquellos que creen en el Señor Jesucristo, que son redimidos por su sangre y nacen de nuevo por el Espíritu Santo. Cristo es la Cabeza del Cuerpo, su Iglesia que ha sido comisionada por El para ir a todo el mundo para testimonio, predicando el Evangelio a todas las naciones. La iglesia local es un cuerpo de creyentes en Cristo que se reúne para la adoración a Dios, la edificación por medio de la Palabra de Dios, la oración, la comunión, la proclamación del Evangelio y la celebración de las ordenanzas del Bautismo y la Santa Cena.
10. Habrá una resurrección corporal de los justos y de los injustos; para aquellos será una resurrección para vida; y para éstos, una resurrección para juicio.
11. La Segunda Venida del Señor Jesucristo es inminente y será personal, visible y premilenial. Esta es la esperanza gloriosa del creyente y es una verdad vital que le impulsa a una vida santa y un servicio fiel.

NUESTRA HISTORIA

A finales de los años 70 se realizó en la ciudad de Quito una serie de campañas de evangelización denominadas “Quito al encuentro con Dios”. Como resultado de estos eventos cientos de personas abrazaron la fe en Cristo. De todos modos, no hay por aquel entonces las suficientes iglesias de la Alianza para acoger a todos los nuevos creyentes. John Tiezsen -quien luego llegará a ser nuestro primer pastor de jóvenes- advierte este inconveniente en un artículo del Alliance Magazine, en el que informa de los grandes avances de la obra pero en que así mismo advierte que las cuatro iglesias de la Alianza de la ciudad de Quito no puedan dar abasto a tantos nuevos creyentes.

Como fruto de estas campañas muchos nuevos creyentes empiezan a buscar lugares dónde congregarse y seguir creciendo en su nueva vida en Cristo. En el norte de Quito, en la joven ciudadela de Carcelén, empieza a reunirse durante los últimos meses del año 81, uno de estos grupos. Solicitan entonces al Pastor Roger D. Powell que los dirija en sus reuniones.

El grupo que se reunía como una pequeña célula empieza a crecer hasta que les queda corto el lugar. Es entonces que deciden escoger una junta provisional y arrendar una casa en la zona céntrica de la ciudadela. Es la casa que se halla en la Súper manzana “D” Manzana “25” Casa “3”. Estaba finalizando el año de 1981. Para 1982 tenemos ya la primera nómina de miembros de la “Congregación Alianza Cristiana y Misionera de Carcelén” que consta de siete hermanos.

De todos modos, al poco tiempo de haber iniciado la obra, el pastor Roger David Powell y su esposa debieron ausentarse de manera definitiva del país por razones de salud. En el Alliance Magazine del 8 de marzo de 1983 se nos explica de su partida:

«Misionero regresa a casa pero deja una creciente iglesia detrás. Roger Powell, quien comenzó su trabajo misionero en 1971, ha tenido que regresar a casa… a causa de una esclerosis múltiple que empezó en 1975 y cortó su primer período. Gracias al fiel trabajo de Roger y Joan Powell, la iglesia de Carcelén en Quito es una viable congregación con 17 miembros bautizados y una asistencia superior a los 30. La enfermedad del señor Powell parece haberse acelerado debido a la altura y al fuerte son equinoccial de Quito. Los Powell están ahora en Ontario.»

A pesar de ello, la pequeña congregación no se desanima y sigue con su trabajo. Para el 7 de diciembre del mismo año se informa del sostenido crecimiento numérico y espiritual que se está dando en Carcelén. El Pastor Miguel Welty y su esposa son asignados a la pequeña congregación naciente.

Los miembros de la iglesia no ven su pequeñez sino la grandeza del Señor y se proyectan a la construcción de un templo. Ofrendas entonces empiezan a llegar desde el exterior. El Alliance Magazine informa el 30 de marzo de 1983 que “una ofrenda en efectivo hecha al fondo para la construcción del templo permitirá a la iglesia empezar a construir.”

El Pastor Pablo Moore (misionero) se hace cargo de la dirección de la construcción y contrata al Arq. Julio Coba para la obra. Para los primeros días del año 1985 el templo se halla casi acabado. El día 24 de febrero de 1985 la iglesia realiza un culto de dedicación del Templo.

Junto con el nuevo templo, la iglesia cuenta con un nuevo pastor. Desde la ciudad de Riobamba llega el Pastor Estuardo Figueroa y su esposa Lucía para trabajar en la Iglesia a medio tiempo. Después de haber guiado a la congregación de la Alianza de dicha ciudad por varios años, a finales de 1982, sale de la iglesia y se dirige a la ciudad de Quito sin saber que en aquella ciudad se estaba formando una iglesia que necesitaba de un pastor.

La Iglesia evidencia un crecimiento sostenido aunque moderado durante esos años. De los 7 miembros con que empezó la obra en el 82’, llega a 90, diez años más tarde. El crecimiento sería aproximadamente de 8 nuevos miembros por año.

En el año de 1992 el pastor Estuardo Figueroa deja la iglesia y entra en su lugar el Pastor Jorge Lolín. Esto se da luego de un período de 7 meses en que se halla como anciano interino el Pastor Alan López. Durante los siguientes 4 años, la iglesia sufre una transición muy difícil, debido a una serie de problemas que se acumulan y a los cuales deberá hacer frente el nuevo pastor. A pesar de su esfuerzo, la iglesia decrece tanto en el número de miembros como en la asistencia año tras año. Será un tiempo prueba para evaluar la solidez de la obra.

Dios es fiel, y en medio de las adversidades permitió que nuestra iglesia saliera a delante y a partir de 1997 la iglesia empieza a recuperarse. El pastor Jorge Lolín logra recuperar el espacio perdido y la iglesia empieza a fortalecerse. Uno de los objetivos de su pastoral en este tiempo de crecimiento es dar más atención y fortalecimiento espiritual a los hermanos que se hallan comprometidos con la obra con el objetivo de desarrollar un liderazgo sólido para la congregación. El fruto se hace evidente a finales de los 90’s pues en la iglesia se cuenta para ese entonces con 8 seminaristas preparándose para servir al Señor.

En 1999 ingresa para servir con el grupo de jóvenes el Pastor Lenin García, recién egresado del Seminario Alianza de Guayaquil. Este será un año de aprendizaje pues al siguiente deberá encargarse de la iglesia como pastor principal. Es a partir de septiembre del 2001 que empieza a laborar en la pastoral con jóvenes y a medio tiempo el seminarista Pablo Morales Arias quien luego deberá liderar a la congregación como pastor principal.

A lo largo de los próximos 9 años la iglesia elevará su membrecía desde los 70 hasta los 90 miembros manteniéndose allí debido al ingreso de nuevos creyentes y a la salida, ya por traslado, ya por inconstancia, de otros hermanos. La labor del Pastor García permitirá la consolidación de la iglesia.

La evangelización será una de sus prioridades. Las misiones también son un objetivo que se marca la iglesia en aquel momento. Tal es así que a principios del 2009 se inicia una obra misionera en la ciudad de Ibarra. Gracias al esfuerzo del Pastor García y del hermano Germán Flores, la misión en Ibarra crece paulatinamente.

A partir de febrero del 2010 el Pastor Pablo Morales Arias preside la iglesia como pastor principal.

Extracto del Informe Pastoral de finales de 2010:

Podemos decir que durante este primer año, hemos buscado conocer la situación de la iglesia y revisar los desafíos que presenta. Deseamos arraigar los cimientos del futuro profundamente de modo que podamos proyectarnos a largo plazo y dejar establecido el camino de nuestra congregación, con base en la Palabra de Dios, ya sea que seamos nosotros quienes la encaminemos o sea que otra persona se encargue de hacerlo.

El pasado que investigamos y el presente que vivimos nos permitió percibir un proceso paulatino de crecimiento y un amor especial por el estudio de la Palabra de Dios en nuestra Iglesia. Descubrimos proyectos abandonados, pero también nuevos objetivos, antiguas tradiciones olvidadas, mas, sin embargo, el deseo de mantenerse en la fe bíblica. En general, hay una tremenda fuerza intrínseca que ha permitido a nuestra congregación avanzar en medio de una diversidad de dificultades y amenazas. Creemos que se ha cumplido en nosotros lo que Jesucristo dijo respecto de la Iglesia de Filadelfia: “Todos en el mundo tendrán dificultades y sufrimientos. Pero a ti te protegeré, porque tú me obedeciste cuando te ordené que no dejaras de confiar en mí.” (Apocalipsis 3:10)

Hasta aquí el Señor nos ha sostenido. Amén.